Un Eau de Parfum que, como la mujer a la que representa, evita la obviedad y se adentra en territorios llenos de sutilezas en los que se mueve con libertad y audacia.La bergamota y la grosella negra comienzan captando la atención irremediablemente.
Preceden al elixir floral del jazmín y el azahar. La vainilla y el almizcle aportan calidez y le otorgan un aire de exotismo que permanecerá para siempre en la memoria. Juntos, sus acordes componen una esencia capaz de cambiar las reglas del juego.
¿Puede ser algo delicado y, al mismo tiempo, estar lleno de fuerza? Este diseño demuestra que sí. Sus formas se inspiran en el reflejo del éxito: estímulo, dinamismo y fuerza, sin perder su faceta femenina Un frasco que atrapa la esencia cromática de una flor, llena de matices.
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